Después de navegar por el Mar Mayor, fondeamos en las calmadas aguas de Cala Túnez, teniendo como invitado especial, el precioso faro de Cabo de Palos a nuestra espalda. La noche clara nos dejó ver aparecer la luna en pleno eclipse, con un color rojizo, que en el cielo destacaba por romper el brillo al que nos tiene acostumbrados.
Tras un par de vinos y una estupenda cena en la cubierta, el brillo lunar comenzó la reconquista de su territorio usurpado temporalmente por la sombra de la Tierra.
Con la excitación de este acontecimiento nos fue imposible no lanzarnos al agua para terminar de ver como la luna volvía a ser llena, pasando por todas sus fases, sintiendo la energía del astro y las cálidas aguas del Mediterráneo en nuestros cuerpos.